Definitivamente, escuchar la risa de un niño puede llegar a ser una de las cosas más tiernas y bonitas que podamos experimentar. Es un indicador de que en ese omento el pequeño está feliz, y nada más placentero que eso.
Pero, sabías que la risa, además de contagiosa resulta beneficiosa en el desarrollo del niño? A continuación te contamos más.
La risa resulta ser tan beneficiosa que, de hecho, hay una terapia conocida como risoterapia y es utilizada en hospitales con niños enfermos, inclusive, con pequeños que han sido víctimas de catástrofes naturales. Incluso, en el conflicto que se vive actualmente entre Rusia y Ucrania es común ver personas vestidas de payaso intentando sacar una sonrisa a los niños que huyen de su país en busca de un lugar más tranquilo y seguro.
Principales beneficios de la risa en niños
Los beneficios de reirse no son simples afirmaciones, ya que están avalados por numerosos estudios científicos que se han llevado a cabo a lo largo de los años. Entre otros, han demostrado que los beneficios se dan a nivel físico, emocional, cognitivo y fisiológico. Conoce estos beneficios a continuación:
- Favorece el desarrollo de la creatividad
- Favorece el aprendizaje
- Disminuye el estrés.
- Favorece una mejor autoestima.
- Ayuda a tomar perspectiva y por tanto a gestionar mejor las emociones negativas o a tomar decisiones.
- Ayuda a hacer nuevos amigos
Cómo estimular el sentido del humor en niños
El sentido del humor no es algo innato sino que es algo que vamos desarrollando con el tiempo. Todos tenemos la capacidad, al igual que caminar o hablar, pero hay que afianzarlo hasta que alcance todo su potencial.
- De recién nacido a los 6 meses: risas sin humor. Las primeras risas suelen ser por imitación y por el efecto contagio de la risa del adulto (responden a nuestra alegría). Un poco más adelante los bebés responden intensamente a los estímulos físicos: ruidos, cosquillitas… y esas monerías que les hacemos sin parar los adultos. Como aún no controlan mucho sus emociones y conducta es habitual que pasen de la risa a la risa histérica e incluso al llanto. ¿Te habías fijado en eso?
- Entre los 6 y los 9 meses: el cucu-tras. En estos meses se desarrolla el sentido de permanencia del objeto, de ahí que les haga tanta gracia que nos tapemos la cara para luego aparecer de sorpresa. Esta es la risa social.
- Entre los 9 y los 12-15 meses ya tienen reglas establecidas sobre las cosas, cómo funcionan, dónde se ponen o qué rutinas seguimos con ellas, de ahí que el que, por ejemplo, papá intente “comerse” un zapato les haga gracia. Lo inesperado les sorprende, y eso les provoca risa. En esta etapa también comienzan con el humor físico, Puedo hacer ruidos, ¡qué divertido! y ahí los tienes, dando golpes con la cuchara como si no hubiera un mañana.
- A partir de los 2 años: según van desarrollando el lenguaje éste pasa a formar parte de las fuentes del humor, los juegos de palabras, los sonidos de animales, etc. Siguen con lo físico: saltitos, bailes… Aquí ya entienden que pueden hacernos reír, y ponen todo su empeño en ello, se convierten en unos cómicos de cuidado.
- Entre los 3 y los 4-5 años: lo visual, el humor en imágenes empieza a ser su favorito (libros, dibujos…), especialmente cuando hay incongruencias como un caballo que vaya montado en un carro y el carro lo lleve el granjero (¡es tan gracioso!). A esta edad empieza esa etapa tan maravillosa del humor escatológico: entramos en terreno caca-culo-pedo-pis y derivados.
- Entre los 5 y los 7-8 años: el lenguaje es su herramienta, es la edad del chiste… y de las palabrotas. Y además en bucle: la gracia, para ellos (no para nosotros, sufridos padres) está en repetir las cosas una y otra vez, y otra y otra…