Los pequeños son auténticas esponjas en el desarrollo de competencias y la adquisición de buenos hábitos relacionales. Sin embargo, debemos ser capaces de estimularlos y acompañarlos en la dirección formativa correcta.
Ahora bien, ¿cómo enseñar la comunicación asertiva a los niños? Recuerda que la asertividad es una habilidad personal para expresar, decir o mostrar lo que sentimos, necesitamos o creemos de manera clara, respetuosa o sincera, sin molestar ni hacer daño. En consecuencia, se puede trabajar, fomentar, entrenar y ejercitar en cada una de las etapas del desarrollo infantil.
Debes utilizar, para trabajar esta capacidad, los mismos recursos de educación infantil habituales: el ejemplo (sobre todo), el juego, la comprensión, la ejercitación, los debates y los cuentos. Solo conseguirás tu objetivo si eres capaz de crear el ambiente adecuado para que el niño se sienta totalmente aceptado y libre.
Por qué enseñar asertividad a los niños (y usarla los padres)
La asertividad se define como la capacidad de saber comunicarse y expresarse, dándole a nuestras ideas el valor que tienen, pero teniendo en cuenta quién es nuestro receptor.
Muy unida a la cultura de cada región, incluso podemos hablar de diferentes niveles de asertividad. Por eso en algunos países se dice que las personas son más directas y en otros que son más reservadas; unas que son más asertivas y otras, menos. Y es que en la forma en la que nos comunicamos tiene cierta influencia nuestra personalidad y experiencias, pero también nuestro entorno más cercano: familia, amigos y escuela; y más lejano: sociedad.
Muchas veces pensamos que no debemos decir algo por temor a que los demás se sientan ofendidos o dañados y por eso nos guardamos las opiniones. Y en otras ocasiones pasa justo lo contrario, nos comunicamos sin tener en cuenta que nuestras palabras pueden tener repercusiones más o menos acertadas en los demás. Sin embargo, se trata de encontrar un equilibrio y aprender a expresar nuestras opiniones de una forma asertiva.
Enseñar a los niños a expresar su opinión de forma asertiva
Si a los adultos muchas veces no nos resulta sencillo ser honestos con nosotros mismos ni como los demás, ¿cómo no le iba a pasar lo mismo a nuestros hijos? Sin embargo, si queremos educarles en las emociones, es necesario que sentemos las bases de la comunicación eficaz. Cómo enseñar a los niños a usar la asertividad. a la hora de expresar sus opiniones.
1. Enseña a tu hijo que puede decir lo que piensa, pero teniendo en cuenta al otro
Y para ello muestra con tu ejemplo que tú también tienes en cuenta lo que tus hijos dicen. Que aunque no sea la idea que tú compartes, la respetas, la escuchas, la valoras y tratas de entenderla, que es justo la base del diálogo.
2. Trabaja la honestidad
Decir lo que se siente de forma honesta, pero también tranquila, sin dejar salir la rabia o la agresividad que muchas veces sentimos en ciertas ocasiones. Un trabajo que tiene una doble vertiente: decir la verdad y controlar nuestras emociones.
3. Fomenta un entorno de confianza
Crear un entorno familiar y escolar en el que la asertividad es posible, dará como resultado no tener que esperar al último momento para decir lo que pensamos (y llevarnos a explotar), sino que seremos capaces de comunicar nuestros pensamientos según lo creamos necesario. Desde una sana autoestima será mucho más fácil trabajar la sinceridad.
La falta de asertividad también es por sobreprotección por parte de los padres. Si le damos su espacio, también para que cometan sus propios errores, no tendrán motivos para no comunicarse con nosotros abiertamente.
4. Para que tu hijo sea asertivo, tú también debes ser asertivo
Brinda a tus hijos un modelo de cómo se habla, de cómo se comunica, se expresa una opinión o, incluso, se discute. Logra para tus hijos un hogar en el que pedir perdón no sea una excepción. Los padres debemos darles un modelo de cómo se comparte con los demás, ya sean familia o compañeros de escuela, lo que tenemos en la mente.
5. Da permiso a tus hijos para que expresen las emociones
Hay veces que los niños de 7 años sienten la necesidad de expresarse mediante el llanto, otras que los niños de 4 años necesitan primero guardar silencio y otras que los de 15 años necesitan de un abrazo sin sincero sin mediar palabra.
No limites las formas de expresión, ni tampoco te centres en que un día ha dado un grito o ha cerrado la puerta del golpe, simplemente sigue por la vía de la comunicación y de decirles que estás ahí, abierta al diálogo. Aprender a expresarse con asertividad requiere su tiempo, tanto para los niños como para los adultos.
6. Canaliza la rabia de una forma sana
Cuando estás enfadada, ¿qué sueles hacer? Para interiorizar la asertividad hay que saber controlar la rabia para después hablar de las causas que nos han llevado a tener ese sentimiento, cosa que no es sencilla cuando se es pequeño y el autocontrol está aún en desarrollo.
Por eso podemos dar recursos a los hijos cuando están muy enfadados como apretar un cojín o dar unos saltos en el sitio. Les ayudará a estar tranquilos y a no sentirse culpables por haber dejado salir su rabia en forma de agresividad.
7. ¿Cómo te sientes?
No es tanto insistirles para que hablen cuanto antes de lo que les pasa, sino hacerles ver que estamos ahí para ellos. En el proceso de la adquisición de la asertividad podemos animarles a que cuenten cuáles son los sentimientos que experimentan haciéndoles preguntas cortas como, por ejemplo, ‘¿estás triste?’, ‘¿estás enfadado?’ Decirles que nosotros también nos hemos sentido así muchas veces dará pie a la empatía.